Pipolo

9,50

Hay existencias

Descripción

En Pipolo hay que deshacerse lo antes posible de todas las cartas.

Hay que mezclar y distribuir 11 cartas a cada jugador. El primer jugador tira una carta de su juego, con la cara visible, y anuncia en voz alta de qué tipo de carta se trata («peludo», «desnudo», «con plumas», «vestido»). Cada uno en su turno, los restantes jugadores juegan una carta por encima de la primera, esta vez con la cara oculta, repitiendo en voz alta lo mismo (ejemplo «peludo»). Pueden mentir o decir la verdad.
Un jugador puede aprovechar un comodín para cambiar la carta solicitada, pero colocándola siempre con la cara oculta (entonces o bien coloca realmente un comodín, o hace que creer a los demás que lo coloca). Entonces anuncia en voz alta otro tipo de carta (ej: «desnudo»).
Si un jugador duda sobre la sinceridad de uno de sus compañeros, puede decirle «¡Pipolo»!
en el momento en que coloca la carta. En ese momento se da la vuelta a la carta del supuesto mentiroso:
– Si realmente ha mentido, el mentiroso recoge el mazo de cartas que se ha formado en el centro de los jugadores.
– Si no ha mentido, recoge el mazo de cartas aquel que lo ha tratado de mentiroso.
El jugador que recupera el mazo de cartas es el que juega la carta siguiente, con la cara al descubierto. Anuncia el tipo de carta que acaba de colocar, y se retoma el juego. La partida se detiene cuando uno de los jugadores se queda sin cartas.

2-4 Jugadores

Recomendado de 5 añosDjeco ha creado una colección de juegos de cartas muy originales y entretenidos. Si estás algo cansado de los juegos de cartas tradicionales, descubre cada una de estas barajas.
Con diseños muy divertidos y alegres, con ellos pueden aprender a la vez que se divierten.
Los juegos de cartas agudizan las habilidades de observación, te hacen pensar sin darte cuenta, desarrollan la memoria a la vez que estimulan la conversación. Por ello, estos juegos de cartas son ideales para jugar en familia o con amigos.

Véronique Michel-Dalès creó Djeco en 1954, una época en la que pocas mujeres se lanzaban a emprender este tipo de aventuras. Creó juegos de aprendizaje bonitos, inteligentes y lúdicos a la vez, los juegos Djeco, en referencia al gecko, el pequeño lagarto de la suerte, tienen muchísimo éxito y en los años sesenta son recompensados con premios Óscar al mejor juguete. Luego su hijo en 1997, dotado de una sensibilidad artística poco común en el universo de los juguetes, inventa una colección de juegos educativos. Primero, comienza con rompecabezas, juguetes de madera, rompecabezas de cartón y más adelante, amplía las gamas con juegos de cartas y juegos de sociedad.

Sus juguetes son sometidos a pruebas largas y complejas, cumpliendo con las exigencias de la norma europea EN71 y el reglamento REACH. La marca «CE» inscrita sobre los envases indica que el producto cumple con las normas.